jueves, 2 de julio de 2015

VL TRIATLÓN POPULAR Y DE LA MUJER VILLA DE ALHAMA

Dream on, dream on, dream on until you dreams come true

Cada vez que pienso en ponerme con la crónica, cantidad de sensaciones se amontonan careciendo de orden e incluso de sentido. Aun así intentaré describir la experiencia de cómo fue terminar mi primer triatlón con la mayor coherencia posible. Allá vamos:

YO TRIATLETA.

Completar un  triatlón era algo que rondaba mi cabeza desde hacía ya tiempo, pero planteado como algo a largo plazo. Aun me falta mucho rodaje en bici y lo más importante, aprender a nadar.
Apenas habían pasado un par de días de mi primer pódium en La Santa (aun duraba el subidón), cuando me llegó un mensaje de Dani con una foto:



Era el cartel promocional del Triatlón Súper Sprint de la mujer que se celebraba este año en los municipios de Cartagena, Alhama y Águilas. A la fecha de Cartagena ya no llegábamos, pero si a la de Alhama, día 27 de junio (cumple feliz de Dani) y a la de Águilas, día 5 de julio, no nos apetecía esperarnos. Las distancias, al ser un Súper Sprint, muy asequibles; natación: 300 m, bici: 11 K y carrera a pie: 2 K.

Desde el envío de ese mensaje, ambos sabíamos que terminaría apuntándome, pero jugamos a ser prudentes y esperamos unos días para, principalmente, probarme en la piscina y hacer una estimación global de los tiempos. He de admitir que hubo un momento, justo después de mi mala actuación en carrera del Portazgo nocturno, que me vine abajo y casi tomé la determinación de no apuntarme. No me veía capaz.

Con el paso de los días fui consciente de que tenía más ilusión que miedo, así que una mañana a mitad de semana, antes incluso del café, ya estaba inscrita.

ESTIMACIÓN DE TIEMPOS//PREPARACIÓN PREVIA

Poco tiempo de prepararlo tuve, apenas una semana en la que pude completar 3 sesiones de piscina y creo que 2 de bici. Tras verme nadar y cronometrar el tiempo que tardaba en completar los 300 m, decidimos que nadaría a braza. Tardaba cerca de  3 minutos menos que a crol. De los rodajes en bici estimamos que se me irían unos 30 minutos en completar los 11 kilómetros, algo más si hacía viento y con la carrera no había dudas, iría un poco en función del cansancio acumulado, pero sobre los 5 min/K. En total y teniendo en cuenta las transiciones, completaría las 3 modalidades en aproximadamente una hora. Viendo los tiempos de las triatletas en anteriores ediciones asumimos que alguien tenía que ser la última en llegar.

Después de haber acribillado a preguntas, a lo largo de toda la semana, a los organizadores del Triatlón de la Mujer (Federación de Triatlón de Murcia y Trialhama Triatlón), ya tenía sobre mi escritorio preparado todo lo necesario para completar la prueba. Reconozco que también ayudó bastante tener un IRONMAN en casa, me advirtió desde el principio cuales serían las sensaciones con las que me iría encontrando, que luego ocurrieron tal cual (mareo después de la piscina, falta de fuerza y control en las piernas…), me aconsejó también sobre el orden de colocación del material en la transición para perder el menor tiempo posible e insistió en que llevase cuidado y que se trataba de disfrutarlo no de competirlo. Cada consejo terminaba con un tranquilizador: “Laura, estás más que preparada físicamente para aguantar. No lo dudes”.

27 DE JUNIO DE 2015. TRIATLÓN SUPER SPRINT ALHAMA

Después de recoger a Christophe, que también participaba en su categoría, llegamos a Alhama con tiempo suficiente de recoger dorsales, pasar por el control de material y estudiar un poco el circuito, cosa que a mí personalmente me tenía un poco preocupada. Insisto otra vez en la suerte de tener a Dani, llevarlo de la mano lo hace todo fácil. En lo que yo recogía las etiquetas para la bici y el casco él ya sabía cuáles eran las entradas y salidas a las transiciones desde las distintas partes de la prueba.
Me sentía como una niña a punto de estrenar zapatos nuevos. Lo disfrutaba todo.

Zona de transición


 

En esta ocasión tuve fotógrafo particular.

Fueron 3 las diferentes categorías de triatletas que salieron antes que la femenina, lo que permitió que mis nervios se disipasen un poco entre la espera y el calor. Una vez nos permitieron acceder a la zona de piscina, busqué mi calle y conocí a las que serían mis “compañeras de calle”. En lo que daban la salida hablamos sobre el tiempo que tardábamos en completar los 300 m para formar así el orden de salida. Evidentemente era la más lenta y salí en la última posición.

Soy la que sonríe incansablemente levantando el pulgar

Gorro azul, esperando mi turno en la salida

Y entonces sonó la bocina de salida, se fueron los nervios y empezó el reto. Durante los 8 minutos que estuve en el agua me centré en no agobiarme, sabía que era lenta, que habría compañeras que me doblarían nadando y que saldrían del agua cuando a mi aun me quedasen 100 metros para terminar y así pasó. Mi esfuerzo se concentró en mantener un ritmo constante que me permitiese salir ágil del agua y mi pensamiento en no perder la cuenta de los largos que iba completando. Al final completé los 300 metros un minuto por debajo del tiempo previsto y no salí la última de la piscina ni tampoco de mi calle.

Water can flow or it can crash. Be water my friend

Del agua salí despacio para no marearme y sin control sobre mis piernas, aun no soy muy consciente de cómo llegué corriendo y sin caerme hasta la transición. Fui colocándome las gafas, el casco…con el casco algo raro pasaba, notaba que me golpeaba algo contra la cara y no sabía que era hasta que fui a ponerme el dorsal. Como hacía bastante viento y por miedo a que se volase, cuando dejé el material en la transición había entrelazado el dorsal con el casco y allí estaba, ondeando en mi cabeza. Para cuando conseguí terminar de prepararme, había perdido la posición ganada en la piscina.

A la salida de la piscina. Mi cara lo decía todo.

Momento dorsal en la cabeza. Si os fijáis lo llevo enganchado al casco




Pese a que mi mayor miedo era la natación, donde peor lo pasé y fui más lenta de lo esperado, fue en la bici. Si durante el recorrido desde la piscina hasta la transición creía que no controlaba mis piernas, cuando me subí en la bici parecía que en vez de piernas tenía dos bloques de hormigón, armado que pesa más.

El circuito en bici eran dos vueltas a un mismo recorrido que empezaba con un tramo algo tendido que a mí me pareció la subida al Tourmalet, además estaba el viento. En la bici, tuve tiempo de pensar y fui consciente de que, además de estar preparado físicamente, el ejercicio mental que haces es brutal por lo que, al menos bajo mi punto de vista, es necesario estarlo también mentalmente. Al final, estas compitiendo contigo mismo, contra el cansancio y la falta de fuerza.

Llegando al final del recorrido.

Con la segunda vuelta mis piernas ya se habían adaptado, iban más ligeras y me sentía mejor encima de la bici, pero tocaba bajar y empezar a correr.


Esta vez la transición se me dio bastante mejor y no perdí más tiempo del necesario y arranqué a correr. Aunque en menor grado, volví a notar que las piernas no daban de sí, pero esta vez la sensación era distinta, era de no avanzar. Tal y como me había dicho Dani, al bajar de la bici y empezar a correr tendría la sensación de “no moverme del sitio”, de lentitud pese al esfuerzo. Inmediatamente empezabas a correr, había un avituallamiento, cogí un botellín de agua que me sentó de maravilla. Hasta superar el primer kilómetro me costó correr. Fue con el comienzo del segundo cuando la cosa cambió y subí el ritmo de carrera. Para cuando empecé a ser más rápida y dar alcance a compañeras ya estaba de vuelta al recinto viendo al fondo el arco de meta. Mientras recorría la última recta localicé a Dani y exploté de felicidad a la carrera, entre aspavientos de alegría con los brazos crucé la meta. 52 minutos (Natación: 08’32’’ posición parcial 30/35. Bicicleta: 32’28’’ posición parcial 32/35. Carrera: 10’20’’posición parcial 12/35. Posición global 31/35), estaba hecho. Yo, triatleta.





Euforia, lo que vino después fue euforia.

Llegué muerta de sed, aunque físicamente bastante más entera de lo que esperaba, igual era por el subidón de adrenalina que llevaba pero no dejaba de saltar celebrando lo contenta y orgullosa que estaba. Poderosa, me sentía poderosa.


Yo, Triatleta.

En el coche, ya de vuelta a Murcia, le dije a Dani que me había encantado la experiencia, pero que estaba segura de que en distancias más largas mi actuación habría sido bastante mejor. Así que para dejarnos de suposiciones y poder comprobarlo, ya estamos pensando en el siguiente. Distancia; Sprint.

A seguir entrenando mientras sueño despierta; “Dream on, dream on, dream on until you dreams come true”

A todas esas personas con las que puedo ser yo, en toda mi esencia y con total libertad.


“Antes de rendirte, intenta”

William Shakespeare

Hasta dentro de no mucho !


L.

2 comentarios:

  1. El caso es pasarlo bien y tu lo has conseguido, tanto que hasta te animas a uno mas largo jeje. Aquí te pongo mi experiencia con mi primero. Un saludico. http://arrierosky.blogspot.com.es/2011/07/mi-primer-triatlon-la-muradaorihuela.html

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena por el debut, de aquí a unos meses un olímpico. Si te gusto este seguro que en unos meses probaras distancias mayores.

    A mi los triatlones, duatlones y aquatlones (los pocos que he hecho) me ponen muy nervioso por las cosas que uno no controla como las averías, transiciones y demas..., me gustan pero son pruebas que me ponen mucho mas nervioso y estresado que las carreras normales donde solo corres.

    Saludos.

    ResponderEliminar