YO QUE SOY BICHO DE SOL.
Lo cierto es que no tenía
intención ninguna de apuntarme a esta carrera. El simple hecho de que fuese de
noche me tiraba para atrás, pero cuando María José (compañera de equipo) me dijo que ella participaba
me lo plantee y la idea de correr las dos mano a mano me animó. Hasta ahora no
he corrido ninguna carrera en compañía de nadie, de nadie conocido quiero
decir, y ésta me parecía la ocasión perfecta. Compensaría el “miedo” a la
oscuridad con la buena compañía.
Como no corro de noche, no estoy
materialmente preparada para ello. Así que el frontal, imprescindible para esta
carrera, tuvo que dejármelo Pepe. Puede que sea yo muy maniática y algo especial
con algunas cosas, y el hecho de no correr con el material con el que entreno habitualmente
y que conozco hace que no esté nada cómoda. Pero allí iba yo, dispuesta a
participar en una carrera nocturna (sin haberla preparado) con un frontal
que no era mío. Todo controlado.
Llegamos a Cieza algo pegados de
tiempo y casi a la carrera recogimos los dorsales y la bolsa del corredor. Ya
en la zona de la salida encontré a María José, bueno ella me encontró a mí, y nos pusimos a comentar hasta que llegó Dani y dijo que debíamos prepararnos para salir, a lo que María José contestó: “No, ahora es la salida de los que hacen la carrera de 22
K” (la cosa se ponía interesante), Dani a María José: “Es que tu corres la de
15 K?” María José otra vez: “Si, claro” y Dani concluyó la conversación, diciendo entre risas: “Pues Laura corre la de 22”. Imaginad mi cara.
En resumen; iba a correr 22 kilómetros, de noche, sola y con un frontal que no
era mío, pero no pasaba nada, llevaba pilas. Porque si, existía la posibilidad de
que al frontal se le acabase la batería…Todo
seguía controlado.
Nos despedimos de María José, lo
que iba a ser una carrera mano a mano con ella se había quedado en un “Hola ,
qué tal? Yo corro la de 15, ah! Pues yo la de 22. Venga nos vemos luego ¡”, fuimos
a colocarnos bajo la salida y salimos.
Apenas había pasado el primer
kilómetro cuando supe que algo no iba bien, mi estomago daba señales de ello.
Más de una vez he tenido que parar en mitad de un entrenamiento por mis dolores
estomacales, tan fuertes que me impiden seguir avanzando. Con el tiempo he
aprendido a controlarlos con la respiración. El momento en
el que mi dolencia fue más fuerte coincidió con la primera subida y pensé: “esta
bajada de ritmo me vendrá bien, me centraré en respirar hasta que pase”. Al finalizar la
subida el dolor se había calmado, había sido solo una falsa alarma. Volvíamos a tener la situación controlada
(gran mentira).
Sobre el kilómetro 5 ya había
oscurecido, pasé el primer avituallamiento y lo que viene a continuación lo
recuerdo con escasa nitidez, como si lo hubiese soñado. Me aparte un poco del
camino y empecé a vomitar. Cuando ya no quedaba nada en mi tripa, entre lo que
recuperaba el aliento y retomaba la carrera pensé: “Qué hago? Me retiro?
Termino?”. Ya no había control alguno de la situación.
Mientras decidía que hacer, llegué
a un punto donde el recorrido de la carrera se bifurcaba, los de 22 k subían y
los de 15 k seguían rectos. Me acerqué a los voluntarios y casi sin que me
saliese la voz del cuerpo les conté lo que me pasaba y les pedí porfavor continuar por
el recorrido de la corta. No me pusieron ningún problema, anotaron mi número de
dorsal y continué. Muchos pensaréis que porque no me retiré en ese momento,
principalmente y con perdón “por cojones” aunque también influyó el hecho de
que era de noche, el recorrido de la carrera estaba claramente señalizado
mientras que cualquier otro camino de evacuación, aunque más rápido, suponía
hacerlo sola y sin indicaciones. Preferí la carrera y la compañía de los
corredores.
No se me ocurre mejor foto que una donde no se viese mi cara.
Gracias Footer Trotter
Dani durante la carrera
No cuento con un recuerdo claro
del resto del recorrido, sólo los ánimos de caras amigas cuando me daban
alcance a los que no era capaz ni de contestar sin que eso me supusiera un
sobreesfuerzo.
Eterno, el camino hasta llegar se hizo eterno. Pero llegué y
rompí a llorar, imagino que echando fuera toda la tensión que traía acumulada,
hasta tal punto que se me soltaron las narices…
Con el paso de los minutos me relajé y me fui encontrando mejor. Nos sentamos con el resto del equipo
a cenar y a esperar la entrega de trofeos, porque pese a mi “brillante”
actuación tuvimos campeones. Enhorabuena
a todos/as es un placer pertenecer a este equipo repleto de MÁQUINAS. Gracias
por dejarme formar parte ¡!!
WAPAVENTURA
TRAIL
22K
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TRAIL
15K
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3º CHRISTOPHE ROCHE
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43º ANTONIO CERDÁ
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6º FEDERICO HERNÁNDEZ
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61º MARÍA JOSÉ MATEO (4º FEMENINA)
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14º JESÚS MOLINA
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65º LAURA FLORES (5º FEMENINA)
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17º DANI NICOLÁS
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19º JUAN AVELLANEDA
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22º FRANCISCO LÓPEZ GRANERO
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Aunque es lo que pone la
clasificación, no me tomo esa 5ª posición como mía, al salir con la gente de la
carrera larga, salí unos 10 minutos antes que el resto y aunque hice el mismo
recorrido que ellos no salí en las mismas condiciones.
ENHORABUENA CAMPEONES, SOIS GRANDES !
Ahora sé que debí hacer caso a mi
primera impresión y dejar la noche para dormir. No era el día. Yo soy bicho de sol.
Con la mente puesta en un nuevo
objetivo que saque este clavo.
Nos leemos en breve.
L.
“Haz siempre aquello que temes hacer”
George Bernard Shaw