lunes, 17 de noviembre de 2014

V 10 km ciudad de Murcia

                                                              De cuando te diviertes
                                        y eres consciente de que empieza lo duro.

Sin nervios. Los 10 K están más que entrenados, mis pies los conocen y mis alas los pueden. Sin imprevistos, bajar los 54 minutos de Beniaján estaba asegurado. Hablemos pues de los imprevistos.
Como sabéis, ando preparando mi primera media y el pasado fin de semana alcancé mi máximo en distancia con una tirada larga de 20 K que despertó mi tendinitis (pata de ganso según diagnóstico) y ha complicado mi entrenamiento durante toda la semana y me temía iba a complicar también mi carrera. Sin nervios, pues ya no esperaba grandes resultados. Imprevisto nº1 asumido.
Como también sabéis, una vez al mes, como todas, me convierto en Ogro. Bien, pues hoy era el primero de esos días. Sin nervios, pues iba a ser una mala carrera. Imprevisto nº2 asumido.
Sin nervios, asumiendo y estrenando mallas salgo de casa con Dani, que no estrena mallas pero si anda algo nervioso… Quedamos con Pepe y bajamos trotando hasta la zona de salida (no digo nada, pero con cada zancada en el trote siento explotar mi tripa).
Ya estamos algunos de los de siempre, que no todos; rondando por la zona de salida. Joel, Rubén, ¡se os ha echado de menos!


Cada día disfruto más participando en carreras, puede que influya la gente con quien las comparto, mis amigos, los de las pintas de los viernes que los domingos se enfundan en sus mallas, compresoras o no, y antes de la salida comparten contigo sensaciones, bueno, esto sólo algunos, otros están concentrados en su calentamiento previo. Sea como fuere, me encanta compartirlo con ellos y contigo¡
Preparada en la salida y por fin sola, Dani se ha ido con los demás para intentar salir desde las primeras posiciones, ya no tengo que disimular mi cara de dolor, me encuentro fatal, pero durante el rato de “compartir sensaciones” había pasado algo que motivaría toda mi carrera.
Empezamos.
Corro los primeros metros y siento agobio, me veo más rápida que la gente de mi alrededor, pero somos tantos en tan poco espacio que se me hace imposible adelantar. Cuando 500 metros después consigo escaparme entre huecos, caigo en mi error; me he colocado demasiado atrás en la salida, tiempo que ya no recuperaré. Me hago eco de la opinión de mi novio, mucho más experto que yo en el tema y con muchas carreras a sus espaldas, y pido cajones en la salida de carreras donde la participación sea tan alta y el espacio tan reducido.
Miro el reloj, y me vengo completamente arriba cuando esperando ver un ritmo de 6.0 min/km veo que estoy corriendo en 5.05, terminaré a una media de 5.10 min/km. Lo entretenido de correr en un circuito de ida y vuelta es, o al menos lo es para mí, ir buscando a mi gente entre la multitud, animarlos y que te animen.
Sin darme apenas cuenta estoy empezando la segunda vuelta. Ya no vuelvo a ver a “mis chicos”, subo y bajo la Gran Vía con un dolor de tripa que parece estar midiéndose con un mareo momentáneo por conseguir tumbarme. Al final ninguno lo consigue, pero me doy cuenta de que el objeto de mi motivación, al que he ido acechando durante toda la carrera se me ha ido en distancia. Acelero.
Ya nunca la alcanzaré (si, mi motivación era una rubia), pero caigo en otra cuestión; veo a otras chicas con las que ya he coincidido en varias carreras, bueno, a decir verdad las he visto al llegar a meta en distintas ocasiones, ellas ya estaban con la bolsa del corredor mientras yo cruzaba la meta volante, esta vez las tenía a unos 100 metros a 500 del final. Acelero otra vez. No las alcanzo y maldigo el tiempo perdido al principio. Y así, entre maldiciones y acelerones, entro en meta. 50 minutos 25 segundos “tiempo real”.


Sin nervios y sin pretenderlo, he vuelto a mejorar mi marca, precisamente por eso, por ir sin nervios y sin pretenderlo.
Agradezco enormemente las palabras de Isidro a mi llegada a meta creo que con el súper-abrazo que le he dado ha quedado claro, y si, pongo mi nuevo objetivo en 45. Además aprovecho para manifestar mi admiración a lo que viene haciendo Isidro éste último año, insisto en que él es un claro ejemplo de que “quien lo quiere, lo puede todo”. Enhorabuena.
Agradezco a “mi churri” sus consejos, sin él yo no sabría nada y le agradezco también sus encuentros fortuitos que generan mi motivación. Amar a un IRONMAN mola ¡
Y ahora que es cuando más me divierto corriendo, que mejoro con cada carrera, que reconozco cada vez más caras de corredores, soy consciente de que empieza lo duro. Bajar marcas cada vez será más difícil y tendré que exigirme más con cada entrenamiento, y no nos engañemos, cada vez me picaré más y lo sabéis ¡
Nos vemos mañana en la pista.
Sin nervios y sin pretenderlo,
L.

P.D.: Aun no hay fotos, en cuanto a los resultados yo (Dani) hice 39:06 (38:44), Isidro 39:39 (39:17). Pepe  un poco mas aquejado de su lesion. Blas 42:39 (42:16) y a Jaime no lo encuentro en la clasificacion. Por mi parte contento, dadas las circunstancias, dificil hacerlo mejor, y muy facil hacerlo mucho peor.

1 comentario:

  1. Enhorabuena a tod@s, en especial a Laura por la carrera y la crónica. Sigue disfrutando de los entrenos y carreras, pq siempre habrá tpo de preocuparse por las marcas. Nos vemos en Pacheco!

    ResponderEliminar